Mece que mece: me mecen tus caderas y tus pulmones respirando al ritmo
Suave ruido, me estremece
Este secreto que somos siempre
En la oscura habitación, en tu mundo
De batallas y de sueños, donde nadie es bienvenido
Donde tus manos me desgastan, me labran como caoba
Donde escucho apenas tu respiración
Donde mi boca te cubre, me ahoga
Y me haces callar un gemido
Único indicio de esta pasión.
Mete que mete tu lengua en mi boca
Entre mis dientes, en mi oreja
Quítame este maldito frío de invierno
(y no solo eso, mete lo que quieras)
Ven y bebe. Ven y duerme.
Seré tu fuente y tu esponja
Hasta dejarte seco. Hasta que llenes tu alma de mí.