Si
la hubiera buscado, no la hubiera hallado.
En
cada eco de esa risa, en la potente luz de sus días,
En
cada declaración grandilocuente,
Despojada
de sensiblerías y delicadezas
Como
una preescolar treintañera
Sumergida
en su mundo adulto.
Llegó
una madrugada de verano
Casi
sin anunciarse.
Sin
dolores de parto y sin romper la fuente.
Sin ser nunca "criatura de brazos":
Apenas nacía, ya aprendía a volar.
Creció
en un santiamén.
Pareciera
que en vez de comida,
se alimentara de filosofía, arte, ciencia e historias.
se alimentara de filosofía, arte, ciencia e historias.
-
¿Me puedes comprar ese pollo? Preguntaba mirándome con sus grandes
ojos de avellana.
-
No. No puedo.
-
¿Por qué?
Cuestionaba.
-
Porque no traigo dinero.
Pero
ella no es de las que toman un "no" como respuesta.
Lo
mejor que se le pudo ocurrir, fue acercarse a desconocidos en la
calle y pedirles dinero para comprar su pollo.
Acto
seguido, se acercó a la mesita en la banqueta,
Donde
había hileras de pollitos de cuerda de colores.
Eligió
el que le pareció mejor y mirando hacia arriba,
Buscó
los ojos del vendedor
Y
viéndolo directamente,
sentenció
con tono serio y decidido:
"Quiero
ese pollo. Cueste lo que cueste".
Desde
ahí supe que no habría berrinches.
No
es rebeldía ni "cosas de la edad".
Es
parte de quien ella es.
Nunca
fue un ave de mañana.
Ni oveja del rebaño.
Es edición limitada, no genérica.
Es edición limitada, no genérica.
Puedo
ver en ella las tardes tranquilas y a mis abuelos en su jardín
A
su familia paterna, a sus tíos subiéndola en hombros como torres de
dos metros.
Veo
al noble pediatra, su tío, atendiéndola cariñoso
Veo
a sus maestras, sus libros en inglés,
Las
actividades extraescolares
En
un colegio que no hubiéramos podido pagar.
Ella
es el eco de los viajes, de las tardes que pasamos juntas, de mi
suplicio y tristezas, de las pequeñas grandes alegrías subrepticias
de nuestra otrora existencia simple.
Y
toda la belleza de los días que aunque se esfumaron,
Le
dieron a ella parte de su identidad
De
ser esta gran mujer.
A
veces me recuerda tanto a mi, pocas veces a su padre,
Ella
es una conjunción de mundos
Y
fuerzas misteriosas.
Ella
es su propia voluntad.
No
necesita de nada ni nadie para estar completa.
Va
mucho más allá de ser una versión de alguien.
Ella
se sabe viva y despierta.
Es
mucho más de lo que yo jamás le pude dar.
Si
la hubiera buscado, no la hubiera hallado.
Con
su carácter de café negro y su sonrisa de mar.
Nadie
como ella para decirle "hija".
Nadie
como ella para llamarme "mamá".
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