lunes, 26 de marzo de 2018

Lil' Ms. Blue




Si la hubiera buscado, no la hubiera hallado.
En cada eco de esa risa, en la potente luz de sus días,
En cada declaración grandilocuente,
Despojada de sensiblerías y delicadezas
Como una preescolar treintañera
Sumergida en su mundo adulto.


Llegó una madrugada de verano
Casi sin anunciarse.
Sin dolores de parto y sin romper la fuente.
Sin ser nunca "criatura de brazos":
Apenas nacía, ya aprendía a volar.


Creció en un santiamén.
Pareciera que en vez de comida,
se alimentara de filosofía, arte, ciencia e historias.


- ¿Me puedes comprar ese pollo? Preguntaba mirándome con sus grandes ojos de avellana.
- No. No puedo.
- ¿Por qué?
Cuestionaba.
- Porque no traigo dinero.
Pero ella no es de las que toman un "no" como respuesta.
Lo mejor que se le pudo ocurrir, fue acercarse a desconocidos en la calle y pedirles dinero para comprar su pollo.
Acto seguido, se acercó a la mesita en la banqueta,
Donde había hileras de pollitos de cuerda de colores.
Eligió el que le pareció mejor y mirando hacia arriba,
Buscó los ojos del vendedor
Y viéndolo directamente,
sentenció con tono serio y decidido:
"Quiero ese pollo. Cueste lo que cueste".
Desde ahí supe que no habría berrinches.
No es rebeldía ni "cosas de la edad".
Es parte de quien ella es.


Nunca fue un ave de mañana.
Ni oveja del rebaño.
Es edición limitada, no genérica.


Puedo ver en ella las tardes tranquilas y a mis abuelos en su jardín
A su familia paterna, a sus tíos subiéndola en hombros como torres de dos metros.
Veo al noble pediatra, su tío, atendiéndola cariñoso
Veo a sus maestras, sus libros en inglés,
Las actividades extraescolares
En un colegio que no hubiéramos podido pagar.
Ella es el eco de los viajes, de las tardes que pasamos juntas, de mi suplicio y tristezas, de las pequeñas grandes alegrías subrepticias de nuestra otrora existencia simple.
Y toda la belleza de los días que aunque se esfumaron,
Le dieron a ella parte de su identidad
De ser esta gran mujer.


A veces me recuerda tanto a mi, pocas veces a su padre,
Ella es una conjunción de mundos
Y fuerzas misteriosas.


Ella es su propia voluntad.


No necesita de nada ni nadie para estar completa.
Va mucho más allá de ser una versión de alguien.
Ella se sabe viva y despierta.
Es mucho más de lo que yo jamás le pude dar.


Si la hubiera buscado, no la hubiera hallado.
Con su carácter de café negro y su sonrisa de mar.
Nadie como ella para decirle "hija".
Nadie como ella para llamarme "mamá".



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