...Y cuando desperté, ya era así. No me culpes, por favor, ni si quiera sé si ha sido culpa mía o de alguien más, pero esto soy ahora. Guardé algo de fe, para creer que aun puedo caber en ese pequeño nido de tus sueños, sin que me sientas así, sin que mires así, y que tan solo me quieras.
Pero en mí no hay malicia; en eso me diferencio de las otras. En mí no existe la intención de humillarte por el solo afán de poseerte. Aunque en este caso, no sé si la intención es lo que cuenta. O es igual. Mejor no me escuches, sólo conseguiré que te pierdas y te hundas hasta el fondo por tu propia voluntad y sin que yo pueda evitarlo.
Y no es lo que deseo. Yo sólo deseaba acompañarte y tal vez te hubiese seguido, y entonces todo habría sido mucho mejor ¿sabes? porque yo me muevo mucho, pero siempre en circunvalaciones de éste pequeño refugio. Tú en cambio, navegas tan seguro, dispuesto a luchar si es necesario, inabatible y resuelto. Por eso amo tu mirada. Por eso tú no debieras intentar desvelar éste misterio. Más, si te decides ignorar esos consejos, aquí te esconderé, una noche conmigo.
viernes, 27 de julio de 2012
sábado, 21 de julio de 2012
Consumo
Y yo aquí, desnudándote con la imaginación y el recuerdo,
Alimentando a las polillas antes de que empiecen a comerse
Ese último suvenir que me dejaste…
Yo aquí, contando los fantasmas
Abonando a las cuentas pendientes que quedaron,
Consumista que eres; y yo que soy incienso:
Yo, que siempre estoy.
lunes, 16 de julio de 2012
Besar
¡Oh tantos como tú, en todos lados!
Intercambiando sonrisas por rocío
con pueril arrogancia se creen saberlo todo
temores vanamente disfrazados de encantos.
Si tus palabras no son mejores que el silencio,
no las digas… y mejores que un beso nunca son,
por eso: calla. A mí
me da igual,
tú boca sirve solo para
una cosa…
martes, 10 de julio de 2012
M.I.A.
Infantería, caballería, artillería (y ¿por qué no? también tortillería)... Y aquél que sigue sin dignarse. Bah!
lunes, 9 de julio de 2012
Proxemia
Es tu vecindad lo que me enloquece un poco más que de costumbre,el osado relámpago de un momento al que basta una mirada para transportarnos más allá de todo exceso.
viernes, 6 de julio de 2012
La huída
Los mismos caminos que conozco, ya desgastados entre el tráfico
y las prisas, los he vuelto a recorrer y parecían distintos. Hacía ya tiempo que
no caminaba por las calles de mi Chihuahua, que inadvertidamente se fueron
llenando de recuerdos al paso de los años (o quizá fue la lluvia quien los trajo)
liados en el silencio de la noche con
cada uno de mis pasos solitarios.
Caminé hasta llegar
al puente que solía atravesar para llegar a casa cuando, ya muy avanzado mi
embarazo, terminaba de dar mi clase de las ocho y no alcanzaba al transporte.
De paso se escuchaba la música de salsa, ese ambiente amable
y alegre de nuestras salidas en grupo, y recordé el comentario que tanto me
hizo reír aquella vez: “llevas cuatro”, no pude evitar sonreír.
Pasé por el hospital donde, desde el tercer piso, miré las
luces de la ciudad ahogando mi llanto aquél frío diciembre mientras mi abuelo
agonizaba.
Y finalmente, la avenida con la dulce indulgencia del
recuerdo de la última vez que él pasó a buscarme…
Es ahora que comprendo la distancia; por qué él se fue a
otra ciudad, mientras que cada honda memoria se niega a irse, se queda conmigo,
e incluso tal vez a veces viaje y le visite…
jueves, 5 de julio de 2012
Salvación
Con cuidadosa coreografía, las puntas de mis pies a penas
deslizándose sobre el piso, me dirijo a la puerta sin darle la espalda, sin
dejar de mirar ese, su sueño hermoso y tranquilo, que horas atrás nos hubo
costado tantos besos y caricias, mi anhelo más caro el compartirlo; él siempre
lo ha sabido, aunque desconfía de mis motivos.
Esta vez no es otro encuentro de placer ajeno, buscando de
manera impersonal un bien mayor, apostando la que quizá sea mi única carta, con
el pretexto de jugar a ser lo que no soy: la salvación de muchos –no porque
ellos vivan en mi corazón, sino porque sé de mis errores y no he podido
encontrar mejor manera de enmendarlos.- Y es que aquí en mi corazón, nadie podría
vivir; era un rincón muerto de mi ser, marchito ya desde mucho tiempo atrás,
antes de decidir que podía dedicarme a esto.
Sin embargo, en medio de éste gris amanecer, nada me resulta
más difícil que dejarlo. Satisfechos los dos –él con cada sensación y cada
mínimo capricho, yo con lo que tomé de él- siento por primera vez el extraño
impulso de ignorar mi propio código y anidarme en su pecho y entre sus brazos
tan anatómicamente perfectos para mí, solo por un rato más. Tanto esperé por
ésta noche que ahora poco a poco se nos escapa de la oscura habitación, cediendo
el paso a una mañana que no quiero… Un rato más junto a él. Total, ya lo he
desnudado ¿cuál será la diferencia?
Me acerco a él y escucho sus latidos. Aun sabiendo que es un error y a estas alturas, el precio que se paga por estos, suele ser la
vida. Solo observo pues temo que si le abrazo, nos quedaremos juntos como
aquél mes en que nos conocimos, en aquellos otros tiempos, cuando existían los
sueños. Desearía no comprender esto que siento. Mis días están contados.
martes, 3 de julio de 2012
¿Qué nos queda?
Desvirtuaste tanto el amor, que ha quedado reducido a ser un juego de poder. Donde te sabes poderoso, no puedes amar; dónde te sientes vulnerable, no te atreves... entonces ¿qué te queda?
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