Y no me animé a contarte la historia completa. Porque esa historia tiene –y tú bien lo sabes- un final triste. Pero fue muy hermosa. La
parte difícil viene cuando buscas la felicidad en plástico y metal; y un día
sin pensarlo, decides que estás viviendo en una caja y tu corazón ya no cabe
allí y quieres irte a vivir al campo, comenzar una nueva aventura, congraciarte
con personas importantes. Y por fin llega el momento en que te reúnes con tu hada la olvidada, y reconoces lo que ambos ya sabían desde hace mucho: que tu idea de la
felicidad estaba un tanto incompleta. Había elementos faltantes. Y comienzas a reunirlos,
pero el destino te juega una mala pasada. Algunas cosas solo sin prisa se
pueden vivir. Pero justo cuando sientes que se acaba el tiempo, es cuando
comienzas a buscarlas, y entonces ya no las disfrutas; parece terminar antes de lo que hubiésemos querido. Y eso es lo lamentable. O quizá todo es más simple de lo que yo creía y
todos estamos equivocados, quién sabe...
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