Ven aquí, acércate un
poquito
apoyaré mi pie sobre tu hombro:
podrás ver mis tacones
tener muy cerca el aroma de mis muslos
embriagarte en mis caderas
y mirarme como siempre,
con cara de niño en Navidad.
Es el mismo viejo juego
sólo es nueva la manera de jugar;
al negar que son y han sido mías tus caricias
(aunque las ansias te delatan) dime:
¿A quién tratas de engañar?
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